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Neuromodulación en fisioterapia: cuándo tiene sentido y cuándo no

La neuromodulación utiliza estímulos eléctricos específicos para modular la respuesta del sistema nervioso y facilitar cambios en dolor y función. No es una “cura mágica” ni sustituye al plan terapéutico: lo potencia cuando encaja con tu caso. El objetivo es crear una “ventana de oportunidad” con menos dolor y mejor tolerancia al movimiento para consolidar mejoras con ejercicio dosificado y educación.

Cuándo tiene sentido
  • Dolor de larga evolución con sensibilización: ayuda a reducir hiperexcitabilidad y a que el ejercicio sea tolerable.
  • Bloqueos funcionales concretos: cuando el dolor impide progresar en fuerza, control motor o movilidad, abre margen para entrenar mejor.
  • Estancamiento tras abordajes previos: introduce un estímulo distinto con criterios de medición claros.
  • Objetivos medibles y realistas: si podemos definir métricas (dolor 0–24 h, rango, fuerza, desempeño en tareas), la intervención se puede evaluar.
Cuándo NO es la propiedad
  • Lesiones agudas con indicación clara de carga progresiva y educación: aquí el foco es el movimiento dosificado y la gestión de cargas.
  • Expectativas mágicas: si se plantea como solución única “que lo arregla todo” sin plan, decepciona.
  • Falta de evaluación o de objetivos: sin criterios de éxito no sabremos si funciona ni cuándo cambiar.
Cómo la integramos en el plan
  1. Evaluación y baseline: historia clínica, pruebas funcionales y marcadores (dolor durante/24 h, fuerza relativa, tareas significativas).
  1. Dosis y tolerancia: parámetros ajustados a sensibilidad y objetivos; comunicación clara sobre sensaciones esperables.
  1. Ejercicio y educación inmediatamente después: consolidar la “ventana” con movimiento útil (fuerza, control motor) y mensajes que disminuyan miedo al movimiento.
  1. Revisión periódica: si las métricas no mejoran en el periodo acordado, ajustamos (parámetros, frecuencia) o cambiamos estrategia.
Ejemplo práctico

Paciente con dolor de hombro de 8 meses, limitación para alcanzar estantes y entrenar fuerza. Tras evaluar: déficit de fuerza excéntrica, miedo al dolor post-esfuerzo y sensibilización moderada. Plan: neuromodulación breve antes de ejercicios graduados (elevaciones, rotadores, patrón empuje) con progresión semanal y reglas de dolor tolerable. Métricas: dolor 0–24 h, fuerza con dinamómetro, número de repeticiones calidad-objetivo. Resultado esperado: mejor tolerancia al ejercicio y ganancia de fuerza medible en 4–6 semanas.

Errores comunes a evitar
  • Usarla aislada, sin ejercicio ni educación.
  • No registrar métricas; decidir por sensaciones.
  • Mantener la misma dosis sin revisar respuesta.
  • Usarla por calendario, no por criterios.
Conclusión

La neuromodulación funciona mejor como herramienta dentro de un plan: evaluación sólida, objetivos claros, ejercicio y seguimiento. Así acelera el progreso cuando de verdad aporta.

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